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Outro deserto

“A historia do camello que chora”

Tamén nun deserto, neste caso o deserto de Gobi ( en Mongolia)  tamén protagonizada por animais ( neste caso un camelo, que chora) acontece esta historia.

Velaquí unha mostra do documental, dirixido por Byambasuren Davaa e Luigi Farloni.

Na carátula da película (que está na biblioteca no andel “Documentais”) podemos ler: “Una historia encantadora y única con grandes dosis de realidad, drama y magia, La historia del camello que llora, narra las aventuras de una familia de nómadas en el desierto del Gobi ( Mongolia) que tienen que afrontar una crisis cuando una camella rechaza a su recién nacido después de un parto difícil.

Sin su leche materna, el pequeño no sobrevivirá así que, conforme a un antigua ritual llaman a un músico vecino de un pueblo remoto para realizar un ritual que consiga que la madre se haga cargo de su cría”.

Eu estou dacordo coa presentación do filme. Só engadiría un adxectivo máis: é tenra. Moi tenra. Será porque os protagonistas son animais.

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Máis dunas

Con esta foto do profe David titulada “Dunas según Olga” seguimos co noso particular camiño pola area.

Nesta ocasión imos seguir ruta cun libro e con unha peli imprescindible para entender o primeiro.

O libro é El cazador del desierto, de Lorenzo Silva.  Podedes entrar aquí  para ler o seu interesante blog.

Esta é unha novela realista que se desenvolve en Getafe (Madrid). Alí estuda Irene, a rapaza máis lista da clase. Un día chega a clase un novo alumno, Orens, que esperta a curiosidade da rapaza. Da man del descubrirá, entre outras cousas, como é a soidade ( para que sirve) e como o fracaso pode ser un punto de partida para aprender.

Orens é un amante do deserto e aprenderalle a Irene a ver “el hechizo del desierto”.

” (…) Seguí observando el paisaje gris y desolado, por si aparecía ese prodigio que me acababa de anuncira. Él también observaba. No tenía prisa por seguir hablando. Pero yo me sentí incómoda en medio de aquel silencio.

_ A mí no me importa tanto que haya gente_dije.

_Ya lo sé_asintió_. Pero tampoco necesitas a la gente todo el tiempo. Puedes arreglárte sola. Por eso me fijé en ti.

_ Te gusta la soledad, por lo que veo.

Al oír esto, la mirada se perdió al fondo del horizonte.

_ Es algo más grave_corrigió, sonriente_. Lo que me gusta es el desierto.

No pude evitar un comentario incrédulo:

_ ¿El desierto?¿Y cómo puede gustarte eso?

_ No es tan difícil_aseguró_. Te pasa en cuanto lo ves. O eso es, según dicen, lo que nos pasa a los que no hemos nacido allí. Los que han nacido allí, en cambio, lo odian. El caso es que si te entra fuerte el hechizo del desierto te pasa al revés. Odias todo lo demás.(…)”

Orens, admirador de Lawrence de Arabia leva na carpeta unha foto do mesmo. E Irene quere saber quen é…

” (…) Según la enciclopedia, su nombre completo era Thomas Edward Lawrence y no era excatamente inglés, sino galés. Había estudiado en Oxford y había sido arqueólogo en Turquía y en el Sinaí. Al principio de la Primera Guerra Mundial se incorporó al Servicio de Inteligencia Militar británico en El Cairo, o sea, Egipto. Lo enviaron a Hejaz, una zona que ahora es parte de Arabia Saudí, para luchar junto al príncipe árabe Feisal. Al mando de un puñado de hombres atravesó el desierto y conquistó el puerto de Ákaba, que todos creían inalcanzable. A partir de esa proeza se convirtió en el principal consejero militar de Feisal y al frente de sus tropas peleó contra los turcos, a quienes derrotó una y otra vez, hasta que consiguió entrar triunfalmente en Damasco. Después de la guerra, cuando ya le llamaban Lawrence de Arabia y era famoso en todo el mundo, intentó defender la independencia de los árabes, pero sus compatriotas británicos no le hicieron caso. Entonces dimitió de su cargo de oficial y se alistó como soldado raso en la fuerza aérea, con el nombre de Ross. Pero le descubrieron y se buscó otro nombre falso, T.S. Shaw, con el que se pasó al cuerpo de tanques y volvió después a la fuerza aérea, ya como sargento. Allí estuvo, refugiado en el anonimato, hasta 1935. Ese mismo año, poco después de licenciarse, se mató en un accidente de moto. Sus experiencias de la guerra las había dejado escritas en un libro que se llamaba Los Siete Pilares de la Sabiduría. (…)”

… Tamén quedará con el para ver a película que recrea a vida ( a loita) deste personaxe.


Outra película que verán os dous  ( e da/coa que aprenderán) é El cazador e entenderán, con ela, xuntos,  ” el momento vulnerable de Robert de Niro“.

” (…) Cuando acaba la película y empiezan los créditos vuelve a arrancar la música, por última vez. Parece mentira que una película tan brutal tenga una música tan delicada, pero si lo piensas te das cuenta de que el verdadero sentido de la película no está en las escenas brutales, sino en otras cosa mucho más sutiles.(…)”

E, finalmente, Orens amosaralle a Irene outra película:

” ( …) Esta vez, no me enseñó la carátula de la cinta. Cuando arrancó, aparecieron primero unos títulos que decían que aquella era la historia de unos tiempos oscuros, de un mago, Merlín, y de una espada, Excalibur. Ése, Excalibur, era el título de la película, y cuando salió en pantalla empezó a sonar una música sobrecogedora. Luego, pude averiguar de qué música se trataba porque Orens tenía la banda sonora de la película.(..)”


A película está baseada no libro La muerte de Arturo. ” (…) El título, si lo ves, tiene su ironía_observó_. El libro se llama La muerte de Arturo, pero resulta que en él se cuenta todo menos eso. Nadie ve morir a Arturo. Antes de que su corazón deje de latir se lo llevan en un barco, nadie sabe adónde. Las leyendas dicen que Arturo sigue navegando en ese barco y que algún día puede volver. Si lo miras, también Arturo fracasa, pero se enfrenta a su fracaso, y eso es lo que lo convierte en una leyenda.”
Todos os fragmentos entre comiñas están extraídos da novela El cazador del desierto, editorial Anaya, colección Espacio Abierto.

A novela está na biblioteca, así coma as outras dúas que conforman, con esta, a chamada Trilogía de Getafe: La lluvia de París e Algún día, cuando pueda llevarte a Varsovia. Todas están na biblioteca. Tamén podedes atopar as películas  El cazador e Excalibur. Esta última co libro, no andel “Estaba mellor o libro?”

Acabamos a entrada coa cita que abre a novela, de Ramón J. Sender:

” El solitario es, para los árabes, el justo.

Cuanta más soledad se pueda tolerar, mejor, dicen ellos.

El santo anda solo y no se queja.”

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Máis cine no deserto

El paciente inglés, romance na area

 
Unha das películas máis bonitas que vin na miña vida foi El paciente inglés de Anthony Mingella.  A película está baseada na novela homónima de Michael Ondaatje. Moitas das súas novelas foron publicadas, en España, pola editorial Alfaguara.

Neste blog de cine e Historia resúmese así a sinopse da mesma:

“El relato comienza en Egipto, en el año 1938. Un grupo de exploradores y egiptólogos recibe la visita de Geoffrey Clifton (Colin Firth) y su esposa Katharine (Kristin S. Thomas), un matrimonio inglés encargado de elaborar mapas topográficos de Egipto con fines militares. Años mas tarde, en Italia un misterioso paciente gravemente quemado a causa de un  accidente aéreo y que ha perdido la memoria, es atendido en un monasterio deshabitado por la enfermera Hana (Juliete Binoche). El paciente es el conde Lazlo de Almasy (Ralph Fiennes), que vive en una semiagonía, y no deja de evocar los dramáticos sucesos de su pasado, avivados por la aparición de David Caravaggio (Willem Dafoe), un antiguo espía canadiense que parece conocer la verdadera identidad del conde Stasy”.

Algunhas escenas desta película foron filmadas no Deserto Líbico.


( Procedencia da imaxe)

Vale a pena visitar este deserto a través da historia deste cartógrafo que facía un mapa do deserto do Sahara. Non só pola beleza da paisaxe, tamén pola banda sonora ( de Gabriel Yared).

Se tedes 162 minutos procurade vela. Ángel Fernández Santos, no seu artigo “La muerte dulce” di dela  que ” La aparentemente desmesurada duración del filme se hace tan corta que no produce en el espectador la más mínima fatiga, ni su itinerario se percibe apenas como recorrido, pues es una circularidad de trazado tan nítido y perfecto, que su final es su comienzo”.

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As letras no deserto

Aquí queda un poema extraído de Los colores de la espera.

( Procedencia da imaxe)

Promesas de poeta (Ebnu)

Te prometo

unos versos color cielo.

Un poema de suburbios

de favelas y barracas.

Una estrofa que encienda

los sentidos de la tierra

y que tiemblen de placer

los montes y los valles.

Te prometo

mis sueños pendientes

todo mi futuro.

Te prometo

mi mejor silencio.

Mis últimas palabras.

Podedes saber máis de literatura saharaui en castelán se pinchades aquí.

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“El niño que vivía con los avestruces”

O pasado luns, 5 de novembro, tivemos a xuntanza arredor do libro que lemos este mes. Foi na biblioteca, si, mais nun lugar diferente: nunha jaima. Rodrigo, o profe de Bioloxía, montounos unha “á medida” para que puidesemos falar con máis “coñecemento espacial da historia”. Velaquí a tedes. Moitas grazas, Rodrigo, arquitecto de espazos de luz!

Como non podía ser doutro xeito, tiña que haber té ( tunecino) que trouxo Adelia. E libros, claro, máis libros ambientados en África. Un deles era Palabras de caramelo, de Gonzalo Moure, que moitos lectores ( que fan, por certo, honor ao adxectivo) xa leran no cole.

Este autor está moi familiarizado coa causa saharaui pois noutra novela súa, El beso del Sahara, tamén deixa ver a loita deste pobo.

“Refrescamos” a calor do deserto na frescura das telas da haima e, non sei se polo recollemento que nos ofrecía o espazo ou pola beleza da historia, foron pasando cousas.

Vimos “pasar” a gacela que tanto ben lle fixera  Hadara,

“Cena” , fotografía tomada por David

e “ata vimos voar” ás avestruces ( tan coidadosas) que quixeron a Hadara e lle contaban historias. E soubemos que coñecían a historia de Ícaro.

” Una vez, hace mucho tiempo, los avestruces podíamos volar tan alto como quisiéramos. Volábamos alto, muy alto. Cuando queriamos  cambiar de lugar, solo volábamos. Cuando venían los depredadores, solo teníamos que alzar vuelo para protegernos. Pero había un avestruz que no se conformaba con volar alto, él quería llegar hasta el sol. Una mañana, bien temprano, levantó el vuelo. Los otros avestruces, desde el suelo, lo miraban volar cada vez más alto. Finalmente, se convirtió en un pequeño punto negro en el cielo. “Va a poder-dijeron los otros avestruces-. Él va a llegar hasta el sol.” Pero no lo consiguió porque se acercó tanto al sol que sus alas se chamuscaron y se estrelló contra el suelo. Desde ese día los avestruces perdimos nuestra capacidad de volar. Nuestras alas son hermosas, pero no nos sirven para volar.”

Non puidemos escoitar a Elisa narrando a historia coa que Hada namorara a Kharouba, xa que o son era moi bo. Pero  farémolo  en breve.
Vimos que a tradición oral e tamén o respecto aos maiores eran temas presentes na novela lida. Como nós tamén estamos de acordo coas dúas cousas, imos facer unha serie de lecturas orais polas aulas para celebrar o mes da tradición oral. Elixiremos o primeiro capítulo do libro que nós compartimos para que outros alumnos o lean. Xa vos manteremos informados.

E “exploramos” o libro a pouquiños bebendo no té. Moitos dos lectores lembraban a novela case “ao detalle”. Unha marabilla!

Nós na jaima e, outros, no Sahara “exploran” outros libros a bordo dun autobús, creado pola asociación Bubisher.


Ainda que seguiremos comentando máis cousas sobre o que deu de si esta lectura xa vos deixamos coa vindeira novela que imos ler e comentar: Sagarmatha, de Joseph- Francesc Delgado.

Imos subir ao Sagarmatha! Boa escalada a todos e todas!

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“El niño que vivía con los avestruces”

Mañá teremos xuntanza lectora arredor do libro El niño que vivía con los avestruces de Monica Zak e ilsustrado por Enrique Flores.

A novela está baseada en feitos reais( ainda que, xa se sabe, ao literaturizar pérdese un pouco esa realidade e gáñanse outras cousas) e está ambientada no deserto do Sahara. Se clicades aquí poderedes achegarvos a ese lugar.

Como sabedes é un lugar que ten detrás de si unha historia triste de inxustiza e desarraigo. Para que vaiades vendo como era ese espazo no  que habitaba a familia humana de Hadara podedes ler  este cómic explicativo de Mauro Entrialgo.

(Procedencia da imaxe)

Ou ver este pequeno documental sobre a realidade do pobo saharaui.

Hadara é un rapaz que medra “salvaxe” neste deserto, protexido pala tenrura e cariño dunha familia de avestruces.

( Que sorte ten Hadara!). Non é o único caso de neno salvaxe.
Outros casos coñecidos de nenos que medraron lonxe do que implica a “domesticación social” foron, entre outros, Victor de  l´Aveyron en El pequeño salvaje ( Grazas, Rodrigo, polo libro) ou  Marcos Rodríguez que se recrea na película Entrelobos. Tamén destaca, na literatura, o caso de Mowgli en El libro de la selva.

Mañá deslizaremos pola suavidade do deserto e desta historia.

A fotografía “Suavidad” é de David  Rodríguez Amil e foi tomada no Sáhara. Grazas, profe David!

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