Arquivos diarios: Xaneiro 10, 2014

O cine en “La elegancia del erizo”

Xa vimos cales eran os gustos literarios da señora Michele e imos ver agora os seus cinematográficos e con quen a unen.

“(…) En el capítulo cinematográfico, por el contrario, mi eclecticismo alcanza cotas insospechadas. Me gustan las películas comerciales americanas y las obras de cine de autor. De hecho, durante mucho tiempo consumí preferentemente cine de entretenimiento americano o inglés, con excepción de algunas obras serias que yo consideraba que mi mirada pronta a pasarlo todo por el tamiz de la estética, esa mirada pasional y empática que solo se codea con el entretenimiento. Greenaway suscita en mí admiración,  interés y bostezos, mientras que lloro cual magdalena esponjosa cada vez que Melly y Mammy suben la escalera de los Butler tras la muerte de Bonnie Blue*, y considero que  Blade Runner una obra maestra de la distracción de primera categoría(…)”

Páx. 74

Aquí está o trailer da película desa obra mestra da distración:

 

A señora Michel vía as películas, casi de xeito clandestino, acubillada na súa portería:

“(…) Como no es muy frecuente que una portera disfrute con Muerte en Venecia (xa falamos desta obra aquí), y que de la portería provengan notas de Malher, recurrí a los ahorros conyugales, con tanto esfuerzo reunidos, y adquirí otro aparato que instalé en mi escondrijo(…)”

Páx. 16

“(…) Esos días uno necesita desesperadamente el Arte. Aspira con ardor a recuperar su ilusión espiritual, desea con pasión que algo lo salve de los destinos biológicos para que no se excluya de este mundo toda poesía y toda grandeza.

Entonces uno toma una taza de té o ve una película de Ozu, para retraerse de las lidias y las batallas que son los usos y costumbres reservados de nuestra especie dominadora, y para imprimir a este patético teatro la marca del Arte y sus más grandes obras(…)

Velaquí un pequeno documental, subtitulado en inglés, sobre o director favorito da señora Michel:

 

A las nueve de la noche pues, pongo en el vídeo una cinta de Ozu, Las hermanas Munakata. Es la décima película de Ozu que veo en un mes. ¿Por qué? Porque Ozu es un genio que me salva de los destinos biológicos.

Todo esto vino porque un día le confesé a Angèle, la joven bibliotecaria, que me gustaban mucho las películas de Wim Wenders, y me dijo: “ah, ¿y ha visto Tokyo_ Ga?” Y cuando se ha visto Tokyo_ Ga, que es un extraordianrio documental sobre Ozu, por supuesto a uno le entran ganas de descubrir al propio Ozu. Descubrí pues a Ozu y, por primera vez en mi vida, el Arte cinematográfico me hizo reír y llorar como un verdadero entretenimiento.

Pongo en marcha la cinta y saboreo a sorbitos un té de jazmín. De vez en cuando rebobino la cinta, gracias a este rosario laico llamado mando a distancia.

Y he aquí una escena extraordinaria.

El padre, interpretado por Chishu Ryu, actor fetiche de Ozo, hilo de Ariadna de su obra, hombre maravillosamenteque irradia calidez y humildad, el padre, como digo, al que le queda poco de vida, conversa con su hija Setsuko acerca del paseo que acaban de dar por Kyoto(…)

Neste fragmento podemos ver a Chishu Ryu interpretando unha canción. Tén os subtítulos en francés:

La película trata del mal de amores, de matrimonios arreglados, de la familia, de hermandad, de la muerte del padre, del antiguo y el nuevo Japón y también del alcohol y la violencia de los hombres(…)”

Páxinas 106, 107, 108

“(…) Dos motivos, ligados también a las películas de Ozu.

El primero reside en las puertas correderas en sí. Ya desde la primera película, El sabor del arroz con té verde, me fascinó el espacio de vida japonés y esas puertas correderas que, deslizándose suavemente sobre sus invisibles raíles, rehúsan hender el espacio(…)

                          ( Un fragmento da película en italiano)

El segundo motivo viene de una asociación de ideas que, de las puertas correderas, me ha llevado a los pies de las mujeres. En las películas de Ozu son innumerables los planos en los que el actor abre la puerta, entra en el hogar y se descalza. Las mujeres sobre todo muestran en el encadenamiento de estas acciones un talento singular (…)

Páxinas 167 e 168

( Velaquí a camelia da que falabamos na primeira entrada)

“(…) _ ¿Sabe usted lo que es azuki?_ pregunta Kakuro.

_ Los montes de Kyoto… _ digo, sonriendo ante ese recuerdo de infinitu.

_ ¿Cómo?_ pregunta él.

_ Los montes de Kyoto tienen el color del flan de azuki_ digo, esforzándome de todos modos por hablar de manera inteligible.

_ Eso sale en una película, ¿verdad?_ quiere saber kakuro.

_ Sí, en Las hermanas Munakata, al final del todo.

_ Oh, vi esa película hace mucho tiempo, pero no la recuerdo bien.

_ ¿No recuerda la camelia sobre el musgo del templo?_ le digo(…)

Páxinas 254 e 255

E saiu da portería para compartir con Kakuro a súa admiración polo cine de Ozu:

“(…) ¿Cómo describir este momento de intensa alegría? Vemos Las hermanas Munakata en una pantalla gigante, bañados en una dulce penumbra, con la espalada apoyada contra un respaldo mullido, saboreando un glotof y bebiendo un té hirviendo a sorbitos felices (…)

Páx. 310

Mais tamén fora ao cine algunha vez. Sobre todo, esa vez:

“(…) La caza del octubre rojo era la película de nuestro último abrazo. Quien quiera comprender el arte del relato no tiene más que verla(…) basta un Sean Connery en uniforme de oficial submarino ruso y varios portaaviones bien situados (…)”

Páx. 78

O trailer da película do último abrazo:

Ademais da citada anteriormente e das películas veneradas de Ozu, na novela aprecen outras, sempre na boca da señora Michel. Tiña, con elas, unha relación semellante á dos libros, a realidade estaba sempre envolta en papel de cine:

“(…) ¿Han visto Black Rain?

Porque si no han visto Black Rain_ o, en su defecto, Blade Runner_, les será difícil comprender por qué al entrar en el restaurante, tengo la sensación de adentrarme en una película de Riddley Scott. En Blade Runner hay una escena, en el bar de la mujer serpiente, desde el cual Deckard llama a Rachel por un videófono de pared. También está en el bar de alterne de Black Rain, con el cabello rubio y la espalda desnuda de Kate Capshaw. Y están esos planos con luz de vidriera y claridad de catedral rodeados por toda la penumbra de los infiernos(…)

Páxina 342

Aquí podedes ver esa luz, e no minuto 1:02 a espalda espida:

“(…) Pero él sigue aguardando con la misma abnegación admirable.

_ ¿El señor Ozu?_ termino por decir a duras penas, con una voz a lo Yul Brynner(…)”

Páx. 151

“(…) Resignarme a ello, tururú que te vi_ dice Manuela que, desde que, siguió mi consejo, vio Lo que el viento se llevó, se cree que es la Escarlata de los suburbios de París_ ¡Ella se va y yo me quedo! (…)

Páx. 163

Unha coñecedísima escena da película que tamén lle gustou a Manuela:

*Filla de Escarlata O´Hara e  Red Buttler en Lo que el viento se llevó

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Os libros e a literatura en “La elegancia del erizo”

Nas entradas anteriores falabamos da señora Michel coma unha persona “nada corriente”. Pois ben, contribúen a facer dela un ser pouco común, os seus gustos literarios e cinematográficos.  Pouco corrientes, efectivamente, para o que dela se agardaba:

“(…) He leído obras de historia, de filosofía, de economía política, de sociología, de psicología, de pedagogía, de psicoanálisis y, por supuseto y ante todo, de literatura. Las primeras me han interesado; la última constituye toda mi vida. Mi gato, León, debe su nombre a Tolstoi*. El anterior se llamaba Dongo por Fabrice del. Al primero lo bauticé Karenina por Anna, nombre que yo acortaba en Kare, por miedo a que me desenmacarasen. Exceptuando la infidelidad stendhaliana, mis gustos se sitúan de manera muy nítida en la Rusia anterior a 1910, pero me vanaglorio de haber devorado una parte bastante apreciable de la literatura mundial, teniendo en cuenta que soy una persona de origen campesino cuyas esperanzas de hacer carrera alcanzaron hasta la portería del número 7 de la calle Grenelle, cuando habría podido pensarse que un destino como el mío me abocara al culto eterno de las novelitas rosas de Barbara Cartland. Bien es cierto que soy_ y me siento_ culpable de cierta inclinación por las novelas policíacas, pero las que yo leo las considero literatura de altísima categoría. Me resulta especialmente difícil, algunos días, sustraerme a la lectura de alguna novela de Connelly o de Mankell para contestar al timbrazo de Bernard Grelier o de Sabine Pallieres, cuyas preocupaciones no son congruentes con las meditaciones de Harry Bosch, el agente amante del jazz del Departamento de Policía de Los Ángeles (…)”

Páxina 73

Como vimos na entrada anterior, a literatura está tan presenta na súa vida que, sen demasiada dificultade (ou máis ben ningunha), pode asociar o que ve co que leu:

“(…) Y qué diablos, esa chalina me trae algo a la memoria.  A punto estoy de sonreir al recordarlo. Es la de Legrandin. En El busca del tiempo perdido, obra de un tal Marcel, otro portero notorio, Legrandin es un esnob dividido entre dos mundos: el que frecuenta y aquel en el que le gustaría entrar; un patético esnob cuya chalina, de esperanza en amargura y de servilismo en desdén, expresa sus más íntimas fluctuaciones(…)”

Páxina 32

Proust continúa "En busca del tiempo perdido" entre las viñetas del cómic Foto: Agencia EFE / © EFE 2013. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de todo o parte de los contenidos de los servicios de Efe, sin previo y expreso consentimiento de la Agencia EFE S.A.

Cómic baseado na obra de Proust de Stéphane Heuet, editorial Sexto Piso.

(Procedencia da imaxe)

Esta paixón pola literatura é compartida co té. Esta última coa presencia da súa amiga Manuela. Xuntas crean o ritual do té, “(…) esa repetcicón precisa de los mismos gestos y de la misma degustación, este acceso a sensaciones sencillas, auténticas y refinadas, esta licencia otrogada a cada uno(…) que ás veces tén un poder redentor. E tomaban xuntas unha taza de té de xamín á beira daquel El libro del té, de Kakuzo Okakura.

Este coñecemento literario non podía compartilo con Manuela, pero si co señor Ozu:

“(…) _ Señora Michel, no he venido para que me dé las gracias.

_ ¿No?_ digo, renovando con brío la ejecución del “dejar morir en los labios” cuyo arte comparto con Fedra, Berenice y la desdichada Dido.

_ He venido a pedirle que venga a cenar conmigo mañana_ dice_. Así tendremos ocasión de charlar sobre nuestros gustos comunes(…)”

Páxina 192

Non só os seus gustos son poucos comúns para unha porteira. O que si xa vemos nós como común, despois de ler A miña planta de laranxa lima e La metafísica de los tubos , é que aprendera a ler soa e ás agachadas, sendo ese un acto que lle procuraba gozo:

“(…) Aprendí a leer sin que nadie se enterara. Los demás niños seguían balbuciendo las letras cuando yo hacía tiempo que conocía ya la solidaridad que teje entre sí los signos escritos, sus combinaciones infinitas y los sonidos maravillosos que me habían marcado  en ese mismo lugar, el primer día, cuando la maestra pronunciara mi nombre. Nadie lo supo. Leí como una posesa, a escondidas primero, luego, cuando me pareció haber superado el tiempo de aprendizaje normal, a la vista de todos pero cuidándome mucho de disimular el placer y el interés que la lectura me suscitaba.

La niña frágil se había convertido en un alma hambrienta(…)”

Páxina 44

Outra nena que tamén tiña fame de experiencias auténticas que a levasen ás estrelas e a afastasen da peceira era Paloma, tamén gran lectora. Xa sabemos que de haikús, pero tamén de mangas:

“(…) Tengo la esperanza de que, de aquí a pocos meses, podré leer mis cómics manga preferidos en su edición original. Mamá no entiende que “una niña tan lista como tú” pueda leer manga. Ni siquiera me he tomado la molsetia de explicarle que “manga” en japonés quiere decir simplemente “tebeo“. Ella cree que me atiborro de subcultura, y yo no hago nada por sacarla de su error(…)”

Páx. 21

“(…) Lo importante no es morir ni a qué edad se muere, sino lo que uno esté haciendo en el momento de su muerte. En los cómics de Taniguchi, los héroes mueren escalando el Everest(…)(A onde tamén escalamos o ano pasado).

Páxina 22

“(..) Ahora estoy leyendo mangas de Taniguchi, un genio con el que aprendo un montón de cosas sobre los hombres(…)

Páx. 101

“(…) Bueno, a lo que iba. El padre de Tibère ha dicho durante la cena: “Pero cómo, ¿no conocéis el Go, este fantástico juego japonés? En este momento estoy produciendo una adaptación de la novela de Sa Shan, La jugadora de Go, es un juego fa-bu-lo-so, el equivalente japonés del ajedrez (…)”

Páxina 123

'La jugadora de go' de Shan Sa (Procedencia da imaxe)

“(…) Lo sé porque me he leído el manga de culto sobre el Go. Se llama Hikaru No Go (…) En el Go hay que construir para vivir”

Páxina 123

Ainda que deducimos outras lecturas no seu haber polos comentarios que fai de si mesma ou dotras persoas:

“(…) Me pregunto si me estaré convirtiendo en una esteta contemplativa. Con una fuerte tendencia zen y, a la vez, una pizca de Ronsard(…)”

Páx. 304

“(…) Pero al caer este capullo y este tallo, he intuido en una milésima de segundo la esencia de la Belleza. Sí, yo, una mocosa de doce años y medio, he tenido esta oportunidad increíble porque, esta mañan, se daban todas las condiciones: espíritu vacío, casa silenciosa, rosas bonitas, caída de un capullo. Y por eso he pensado en Ronsard, sin comprenderlo del todo al principio: porque es una cusetión de tiempo y de rosas. Porque lo bello es lo que se coge en el momento en que ocurre. Es la configuración efímera de las cosas en el momento en que uno ve al mismo tiempo la belleza y la muerte(…)”

Páxina 306

Aquí podedes ler algún poema de Ronsard.

“(…) Mamá, que se ha leído toda la obra de Balzac y cita a Flaubert en cada cena, demuestra hasta qué punto la educación es una auténtica tomadura de pelo(…)”

Páx. 50

“(…) Entonces, si la señora Magra se hubiera tomado la molestia de leernos con la entonación adecuada algunos versos de Racine ( “Y que el día amanezca y que el día agonice/sin que ya nunca pueda ver Tito a Berenice”), habría visto que el adolescente típico está maduro para abordar la tragedia amorosa(…)

Páxina 172

( Procedencia da imaxe)

* de Tolstoi tamén se cita Guerra y paz.

“(…) Esto puede sonar a proverbio popular, aunque sean también las palabras que el mariscla Kutuzov, en Guerra y paz, dirige al príncipe Andrés. Me hicieron, por la guerra y por la paz, tantos reproches… Pero todo llegó a su hora…. Todo llega cuando tiene que llegar paar quien sabe esperar…(…)”

Páxina 114

Foi levada ao cine en varias ocasións. Aquí vos queda un cachiño da primeira película realizada, protagonizada por Audrey Hepburn:

E aquí un trailer da adaptación máis moderna:

Nota : na novela ata os gatos son literarios (e non só polos nomes). Teñen síntomas literarios:

“(…) Constitución es una encantadora gatita color caramelo, con el hociquito rosa bombón, bigotes blancos y almohadillas lila, cuyos dueños son los Josse y, como todos los animales de pelo del palacete, se ve sometida a los ciudados de Olimpia al menor acahque. Pues bien, esta cosita inútil pero apasionante, de tres años de edad, no hace mucho se pasó toda la noche maullando, arruianando así el sueño de sus amos(…)

Páxina 127

Non tiña cistitis, tiña spleeen!

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Principios: “Anna Karenina”

“Todas las familias felices se asemejan; cada familia infeliz es infeliz a su modo.

Todo iba manga por hombro en casa de los Oblonski. La esposa, enterada de que el marido andaba en relaciones íntimas con una muchacha francesa que había sido institutriz en la casa, había anunciado que no podía seguir viviendo con él bajo el mismo techo. Tres días duraba ya esta situación, que afectaba penosamente no sólo a los esposos, sino a todos los miembros de la familia y a la servidumbre. Cuantos vivían en casa juzgaban absurdo que marido y mujer siguieran viviendo juntos, y creían que si por casulaidad se juntasen unas cuantas personas en una hospedería se sentirían más ligadas entre sí que el matrimonio, los familiares y los criados de los Oblonski(…)”

Anna Karenina ( primera parte), León Tolstoi, Alianza Editorial

(Procedencia da imaxe)

Así comeza a novela  que  será un delicado nó entre a señora Michel e o señor Ozu. Moitas das súas conversas xirarán arredor desta historia e, incluso, os gatos de ambos teñen unha débeda con Tolstoi. León é o da señora Michel e Kitty e Levin son os do señor Ozu*. Mais, vexamos como esta novela rusa tece a amizade dos dous protagonistas. A que vén a continuación é unha pequena colleita deses momentos “sublimes”:

“(…)_ ¿Sabe?, todas las familias felices se parecen_ masculló para ventilar el asunto_, no hay nada que decir de ellas.

_ Pero las familias desdichadas lo son cada una a su manera_ me contesta, mirándome con una expresión extraña y, de repente, aunque no por primera vez, me estremezco (…)”

    Páxina 148 da edición citada

“(… Él tiene incluso elementos muy pertinentes para pensar que le gusta mucho Anna Karenina y está decidido a enviarle un ejemplar. “Así veremos su reacción” me ha dicho.

Pero esta no es mi idea profunda del día. Viene de una frase que ha dicho Kakuro. Hablábamos de literatura rusa, que yo no conozco en absoluto. Kakuro me explicaba que lo que le gusta de las novelas de Tolstoi es que son “novelas universo” y, además, que la acción transcurre en Rusia, ese país en el que hay abedules por todas partes y en el que (…)”

   Páxina 185

 Así recibe a señora Michel o libro:

“(…) Movida por un impulso- todos los impulsos son peligrosos para quien vive una existencia clandestina_ voy a buscar una hoja de papel, un sobre y un Bic (naranja) y escribo:

      Gracias, no tenía que haberse molestado

  La portera (…)

                                                                                                                                                  Páxina 190

E daralle voltas e máis voltas ao estilo, consciente do poder da linguaxe, moitas veces revelador do que somos, en esencia.

Como vemos non ía desencamiñado o señor Ozu, porque:

“(…) Cuando estoy angustiada, me recluyo en el refugio. No hace falta viajar; me basta ir a las esferas de mi memoria literaria. (…) En Anna Karenina, Riabinin, comerciante de madera vestido con levita pasada de moda, con los faldone sadornados con botones hasta casi abajo del todo, va  aconcluir a casa de Levin, el aristócrata rural, una venta con Esteban Oblonsky, el aristócrata moscovita (…) Me gusta particularmente esta escena, primero porque se desarrolla en Pokrovskaya, en el campo ruso. Ah, el campo ruso… Tiene ese encanto tan especial de los parajes salvajes y no obstante ligados al hombre por la solidaridad de esta tierra de la que todos estamos hechos… La escena más hermosa de Anna Karenina transcurre en Pokrovskaya. Levin, sombrío y melancólico, trata de olvidar a Kitty. Estamos en primavera, y se va a los campos a segar con sus campesinos. La tarea se le antoja al principio demasiado dura. Cuando está  a punto de desfallecer, el viejo campesino que dirige la hilera de segadores ordena descansar. Luego reanudan su tarea. De nuevo, Levin se siente extenuado pero, una vez más, el viejo levanta la guadaña.  Descanso. Luego la hilera vuelve a ponerse en marcha, cuarenta hombretones aplanando los manejos de hierba y avanzando hacia el río mientras se levanta el sol. El calor es cada vez más intenso, Levin tiene los brazos y los hombros empapados en sudor pero, a fuerza de descansar y reanudar la tarea, sus gestos antes torpes y dolorosos se vuelven cada vez más fluidos. Siente de pronto un agradable frescor en la espalda. Lluvia de verano (Chuvia de verán que moitas veces evocará e sentira a señora Michel)  Poco a poco, libera sus movimientos del obstáculo de la voluntad, entra en el leve trance que confiere a los gestos la prefección de los actos mecánicos y conscientes, sin reflexión ni cálculo, y la guadaña parece manearse sola mientras Levin saborea el abandono en el movimiento que convierte el placer de hacer algo maravillosamente ajeno a los esfuerzos de la voluntad(…)”

        Páxina 135

“(…) Y la conversación prosigue así, con sencillez y naturalidad. Evocamos por este orden: a Yasujiro Ozu(un pariente lejano), a Tolstoi y a Levin segando en el prado con sus campesinos, el exilio y la irreductibilidad de las culturas, así como muchos otros temas que enlazamos unos con otros (…)

Páxina 254

Da novela que enfeitizou á señora Michel e máis ao señor Ozu fixéronse moitas adaptacións cinematográficas. Aquí vos deixamos o trailer da última, estrenada no 2012:

E outro de estoutra máis antiga,  con Greta Garbo como protagonista:

* “(…) La gata se llama Kitty, pero el gato ya no me acuerdo_ me dice.

Una gota de sudor frío bate todas las marcas de velocidad bajando por mi columna vertebral.

_ ¿Levin?_ sugiero.

_ Sí_me dice_, eso es, Levin. ¿Cómo lo sabe?

Frunce el ceño.

_ ¿No se tratará del revolucionario, espero?

_ No_ le digo_, el revolucionario es Lenin. Levin es el protagonista de una gran novela rusa. Kitty es la mujer de la que está enamorado(…)”

Páxinas 165 e 166

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