Desde o comentario de Laura Porto á nosa entrada do luns “Para reflexionar”, chéganos unha moi boa recomendación teatral.
Rodrigo García , nacido en Arxentina, fillo de emigrantes españois, fundador da compañía La Carniceria Teatro coa que crea e dirixe espectáculos corrosivos. A súa produción dramática desenvólvese en España (onde vive) e Francia. Os títulos xa son de por si provocadores:
“Compré una pala en Ikea para cavar mi propia tumba” (2002), “Prefiero que me quite el sueño Goya a que lo haga cualquier otro hijo de puta”, “Accidens, matar para comer” (2005), “Conocer gente, comer mierda” (1999), “En algún momento de la vida deberías plantearte seriamente dejar de hacer el ridículo” (2007),”Esto es así y a mí no me jodáis” (2010)
A obra que trouxo a colación Laura é “Agamenón. Volví del supermercado y le di una paliza a mi hijo” (2003), e o fragmento co que nos agasallou Laura no seu comentario é o que vos poñemos para rematar esta entrada (moi axeitado para continuar reflexionando sobre o tema que propoñiamos a raíz da lectura de “La gacela”).
En opinión de Laura, é máis contundente a representación que a lectura da obra. Efectivamente, o teatro é para ser representado, e máis un teatro destas características, que fai revolver no seu asento ó espectador, niso recórdanos a outra actriz, escritora, performance catalana, Angélica Liddell. (Deixamosvos o enlace á súa páxina e ó Archivo Virtual de Artes escénicas) Os que tivemos a sorte de vela en escea, nos cambiamos a lectura das súas obras pola representación, pero, posto que son xente que se move en circuitos máis ben minoritarios, ás veces temos que conformarnos coa lectura. Vai unha foto do escenario no que representou “San Jerónimo” no Fetival Temporada Alta de Girona, o outono do 2011.
Isto, que vedes na foto, foi o que os espectadores vimos todo o tempo que durou o monólogo de Angélica. Unha especie de prisión de ladrillos que foron levantando no escenario dúas persoas, mentras a actriz e un violinista quedaban pouco a pouco ocultos das miradas do público. O escenario en cuestión estaba nun desván dunha vella fábrica textil (que agora é un centro de servizos culturais, a Factoria Coma Cros pero cando nós vimos a representación, aínda estaban sen rematar as obras). Cando esta xaula de ladrillos quedou pechada comezou a actriz a espirse emocionalmente ante un público do que a separaba fisicamente unha parede de ladrillos, pero co que emocionalmente non había distancia algunha. De que maneira unha actriz pode encher o escenario sen nin siquera deixarse ver! De que maneira, sen nin siquera cruzarse unha mirada co público pode chegarlle ó corazón! Aínda se nos pon a pel de galiña a máis dunha só de recordalo! A súa voz encheu todo. Iso é arte!!! Bravo Angélica!!!
E agora, si, o fragmento de “Agamenón. Volví del supermecado y le di una paliza a mi hijo” (texto íntegro, picando sobre o título)
“Y mientras comemos las alitas de pollo
Que ni son alitas ni son pollo ni son nada
Y sorbemos Coca Cola con pajita como tres subnormales
Con la cara de subnormal que se te pone cuando
chupas un refresco con pajita
Pienso en lo trágico
En el concepto de lo trágico
Y abro una nueva cajita de cartón llena de alitas de pollo frito
Con salsa barbacoa y salsa mayonesa chorreando por encima
Y se la enseño a mi familia y les digo: ¿A que es trágico?
Y mi hijo me dice:
Son alitas de pollo frito
No, no son alitas de pollo frito, le digo, gilipollas
Y saco las alitas y trazo sobre la mesa
un esquema perfecto y comprensible de la TRAGEDIA con las alitas de pollo frito
(…)
Y mi hijo se parte el culo de risa
Y le explico que la TRAGEDIA
empieza en el mundo industrializado
Que la TRAGEDIA siempre ha empezado donde estaba el
DINERO y la comida
Y que luego la han mandado fuera
La han colocado fuera
En forma de
bomba atómica
SIDA hambre sequía o dictadura
Y le digo
Un hombre que se tira al vacío
desde una torre en llamas en Manhattan experimenta la misma crueldad e injusticia
que un hombre que muere de hambre
en Tucumán o Ruanda víctima
del liberalismo económico
Pero la prensa se empeña
en difundir que son cosas completamente distintas
Y llaman terrorismo a lo que les conviene
A lo que les sirve para ganar dinero
Y divido la TRAGEDIA en siete actos
Y a cada acto le pongo el nombre
de uno de los países más ricos del mundo
Una alita de pollo frito: Alemania
Otra alita de pollo frito: Japón
–Y le digo a mi familia: vamos escribiendo los nombres
con mostaza, ketchup y salsa barbacoa al lado de cada alita–
Otra alita de pollo frito: Francia
Otra alita de pollo frito: Gran Bretaña
Otra alita de pollo frito: Canadá
Otra alita de pollo frito: Italia
Y en medio, una pechuga de pollo entera: Estados Unidos
Y viene la camarera y me dice
Usted ya está mayor para jugar con la comida
¿Quiere que llame al guardia de seguridad?
Yo no juego con la comida, le digo
Estoy explicando a mi hijo el significado de la TRAGEDIA
Y la camarera me dice: no entiendo
Y el segurata que se acaba de acercar a la mesa
Con la mano en la porra dice: yo tampoco
Y mi hijo dice:
Pues es muy fácil, capullos
Las alitas de pollo son las grandes potencias
Representan el mundo industrializado
Y si la TRAGEDIA se planifica desde el mundo industrializado la cuestión que nos planteamos es :
¿Dónde hay que ir a buscar la ESPERANZA?
Y yo me quedo perplejo por lo bien que ha entendido mi hijo la historia de la TRAGEDIA
y cómo, sin yo decir nada,
acaba de apuntar la idea utópica de
ESPERANZA
Y le digo al segurata
La ESPERANZA hay que ir a buscarla a otra parte
Y tú nos vas a ayudar
La ESPERANZA puede estar en cualquier rincón de la Tierra
El problema es dar con ella
Vamos a suponer que la ESPERANZA está en aquella otra
mesa
Donde come esa familia
Déjanos la mesa libre, que la necesitamos para el ejemplo
Y el segurata va y saca a toda la familia a patadas de la mesa
Está encantado con esto de la TRAGEDIA
Mientras, le digo a mi hijo,
tú vas y coges de la basura
todos los desperdicios de todo el restaurante
Te traes todo lo que quedó medio mordido,
los huesos, la piel del pollo, te traes lo que encuentres
Y al segurata le digo:
Mira, pensándolo bien, me parece
que vamos a necesitar el local entero
No hay problema, dice el segurata
Y pela el revólver y suelta seis tiros al aire
y en cinco segundos
no queda ni dios en el Kentucky Fried Chicken
Mi mujer va a buscar más bebidas
Los camareros nos limpian las mesas
Y yo les digo: vamos a llenar todas las mesas con la basura que traiga mi hijo
Y así os explico el concepto de ESPERANZA Y están todos la mar de ilusionados
(…)
Y mi hijo entra al Kentucky con dos sacos industriales a reventar de su propia basura
Y todos empezamos a echar
sobre las mesas vecinas a la nuestra
kilos de huesos de patas de pollo,
huesos de tórax de pollo,
huesos de alitas de pollo,
pieles, pellejos, croquetas medio mordidas de pollo, botecitos con salsas para pollo,
servilletas sucias con pedazos de pollo, vasos de Coca Cola,
pajitas mordidas
Helados medio derretidos…
Y yo les digo: ¡muchachos, ya está! Venid y sentémonos en nuestra mesa
Y están todos como locos de contentos, hasta los cocineros salieron a sentarse con nosotros
Y les largo:
mirad esta mesa:
…Alitas de pollo frito: Alemania, Japón…etcétera siete potencias mundiales, siete alitas
Y mirad alrededor … ¿qué hay?
Basura, dicen
¿Basura?
Pero ¿cómo que basura? ¡No me seáis hijos de puta!
Y mi hijo me mira y me dice
en voz baja:
En las demás mesas hay ESPERANZA, que es precisamente
lo que no hay en esta mesa
¡Y yo le doy un puñetazo en el pecho al chavalote!
¡Muy bien, chaval!
Exactamente: en esta mesa está la riqueza y en el resto
la ESPERANZA
Pero nadie quiere acercarse a la ESPERANZA
Porque para rescatar la ESPERANZA de entre tanta basura hay que pringarse bien pringado
Hay que soltar el DINERO
La ESPERANZA funciona con DINERO,
como los motores funcionan con
gasolina y mi cuerpo con mi sangre
La ESPERANZA no es un sueño; es un proyecto
La ESPERANZA empieza por un cambio de voluntades
De actitudes, y se materializa en proyectos
Y el segurata me dice: no me hagas reír, capullo
Y la cocinera del Kentucky dice:
Sabemos perfectamente cuáles son esos planes
Qué proyectos tiene cada partido y qué proyectos tiene cada empresa
Y por eso podemos afirmar que no hay ESPERANZA posible
Y mi mujer se echa a llorar, la gilipollas
Y la cajera del Kentucky se echa a reír
Y la de la limpieza dice: iros todos a tomar por culo
Mirad como habéis dejado el restaurante
Y yo estoy tranquilo
porque el segurata ya vació el revolver y no le queda ni una sola bala
–cosa que me serena–
Y mi hijo se vuelve poeta y estúpido y dice:
Desinteresados por compartir la ESPERANZA
trabajan a destajo en el empeoramiento
de la vida y hacen
propaganda: llaman terrorismo a la simple y natural venganza
Y yo digo: Un momento, gilipollas
Llegó la hora de aclarar las cosas
Siempre llega el momento de aclarar las cosas
(…)
Y el cocinero toma la palabra:
La diferencia entre Italia y Angola
Es que en Angola el gobierno ha decidido repartir la miseria por partes iguales
a lo largo y ancho de todo el territorio mientras que en Italia el gobierno ha decidido que el Sur coma mierda
mientras el Norte diseña muebles y ropa
y descorcha botellas de champagne
Y el gilipollas de mi hijo dice:
En el sur está la ESPERANZA Pero qué cojones importa
Si en el norte no está la voluntad
Y yo les suelto: no me pongáis triste, capullos ¡No me jodáis la tarde!”
Atopei este fragmento da obra que nos recomenda Laura. Non localicei nada mellor, espero nos sirva de aproximación a este dramaturgo. Grazas, Laura, por dárnolo a coñecer.
Da nosa “recomendada”, Angélica Liddell, atopamos este outro vídeo